jueves, 18 de septiembre de 2014

Plaza de la Paja, 1920



La humedad, la neblina, el olor a piedra húmeda, a óxido de balcón y a corteza de árbol, a tierra mojada, hace que por un momento los ojos del espectador se cierren y de pronto una campana lejana nos despierte. Estamos en Madrid en el año 1920.



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