sábado, 31 de mayo de 2014

Ribera de Curtidores



Siempre me ha encantado este rincón del Rastro en el que destacan esas casitas bajas, como de pueblo, que en buena parte aún se mantienen gracias a que en época de Tierno Galván se rehabilitaron.
En la foto, perteneciente al Archivo Ragel, vemos al fondo la iglesia de San Cayetano y en primer plano dos tiendas especializadas en muebles. Esto nos recuerda que el Rastro fue el lugar donde se compraban muebles baratos desde el siglo XIX, hasta que apareció el IKEA y todo esto cambió notablemente. En la casa de la derecha vemos el taller de un guarnicionero. Guarnicionero es el que trabaja el cuero, un oficio muy relacionado con el de los curtidores, y es admirable que desde el siglo XVI curtidores y guarnicioneros hayan permanecido en el mismo lugar (Aún existen dos guarnicionerías en la parte baja de la Ribera de Curtidores)

Foto Ragel.

viernes, 30 de mayo de 2014

El origen del nombre de El Rastro



 La palabra rastro significa matadero, y en este lugar de Madrid se estableció a fines del siglo xv el primer matadero municipal: el Matadero Viejo de la Villa.

Así lo describía Covarrubias Orozco en su libro "El tesoro de la lengua castellana o española", de 1611: «El lugar donde matan los carneros… díxose Rastro porque los llevaban arrastrando, desde el corral a los palos donde los degüellan, y por el rastro que dexan se le dio este nombre al lugar».


Lógicamente había dos tipos de «rastro», uno: el rastro o huella que dejaban las reses en el suelo al ser arrastradas desde los corrales hasta los palos donde las degollaban, y otro
 al ser trasladadas a las casetas donde se desollaban y despiezaban. En
todo caso, la palabra rastro es sinónimo de matadero. Por ende, las personas que se encargaban
de traer el ganado al rastro o de vender la carne y los despojos de los animales se
llamaron rastreros. Entre ellos, tuvieron fama las rastreras, mujeres bravías que vendían las
asaduras a pie de matadero. Espantando las moscas con su enorme cuchillo, las rastreras
voceaban: ¡Vaya entresijos, vaya manitas, vaya lengua, vaya mondongo que tengooo…!

Del libro: "Lavapiés y El Rastro" de Carlos Osorio.


jueves, 29 de mayo de 2014

El origen del nombre de Lavapiés





Dos hipótesis podrían explicar el origen del nombre del barrio. Una hace referencia a la necesaria higiene tras largos viajes por caminos polvorientos. Otra, a las torrenteras que se inundaban súbitamente con las tormentas.
Sobre el origen del nombre de Lavapiés, yo tengo mi propia hipótesis. Hemos de recordar que en siglos pasados los caminos eran de tierra y lo normal era que los caminantes acumulasen en sus pies una buena cantidad de polvo. Lo habitual al terminar un largo viaje era lavarse los pies, que era la parte del cuerpo más necesitada de un baño higiénico y a la vez calmante. Puede ser que los caminantes utilizaran algún pilón o abrevadero de ganado para este menester, pero también es posible que se lavaran en un arroyo.
También hay quien atribuye el nombre a los torrentes que abundaban en la zona antes de su definitiva urbanización.
Las actuales calles de Jesús y María, Lavapiés, Olivar y Ave María forman una especie de abanico que confluye en la plaza de Lavapiés. Son calles de origen fluvial, donde las casas se fueron construyendo en torno a las torrenteras.
Estos torrentes, que solo llevaban agua cuando llovía, confluían en un único arroyo que continuaba por la actual la calle de Miguel Servet. Tras atravesar el barranco de Embajadores, las aguas afluían en el río Manzanares.
El paseante que caminaba por Lavapiés en los siglos pasados debía andarse con ojo siempre que las nubes amenazasen con aliviarse impetuosamente de su húmedo contenido. Cada vez que llovía, los numerosos torrentes que surcaban este terreno descendente se llenaban bruscamente de agua y sorprendían al desprevenido paseante mojándole los pies. Y de mojarse o lavarse accidentalmente los pies vendría la palabra lavapiés.


Del libro: "Lavapiés y El Rastro" de Carlos Osorio.







miércoles, 28 de mayo de 2014

La Casa-Palacio del Duque de Alba




En 1590 se edificó en este lugar una casa noble que tuvo entre sus huéspedes a gente tan notable como 
San Francisco Carracciolo, San Luis Gonzaga, Pedro Médicis, (hermano del Gran Duque de Florencia). Así como a la propia Santa Teresa de Jesús.
En el comienzo del siglo XVII tuvo como morador a Pedro Franqueza, Conde de Villalonga, secretario del duque de Lerma, que a su vez era válido de Felipe III. Franqueza, que no podía tener un apellido menos apropiado, fue responsabilizado de oscuros episodios de corrupción (utilizó su poder para enriquecerse ilícitamente), lo que supuso la caída política, la confiscación de sus bienes y la cárcel... ¡toda una sorpresa: en el siglo XVII los corruptos iban a la cárcel y les confiscaban sus bienes. Hay mucho que aprender en la historia de España!

A finales del siglo XVII, el duque de Alba adquirió el caserón, junto a otra casa contigua. Aquí residieron los duques hasta bien avanzado el siglo XVIII, cuando se trasladaron al nuevo palacio de Buenavista, junto a la plaza de Cibeles. En Cibeles estuvieron alojados hasta que en la primera parte del siglo XIX se trasladaron al palacio de Liria.
El actual edificio de la calle duque de Alba es un palacio de nueva planta que realizó en 1861 el arquitecto Alejandro Sureda por encargo del duque de Berwick y Alba, siguiendo los gustos estéticos del Madrid isabelino.
A fines del XIX el edificio se convirtió en viviendas, apareciendo diversas tiendas en la fachada. Una de ellas fue un banco y la otraes el Herbolario Viuda de Patricio Morando, fundado en 1918. 
Frente a este edificio, en lo que fueron las caballerizas del duque de Alba se edificó a fines del XVIII un palacio que perteneció tiempo después a la Duquesa de Sueca.


La casa palaciega del duque de Alba se halla en la calle del mismo nombre, en el número 10, cerca de Tirso de Molina.

martes, 27 de mayo de 2014

El Trivialillo Madrileño


¡Llega el concurso que descubre a los grandes conocedores de Madrid!
Ya sabes: puedes ganar un libro.
Envía  la respuesta a estas dos preguntas al correo:
osorio1958@gmail.com
*****

Hoy buscamos dos palacios de la zona de Lavapiés-El Rastro
1ª Pregunta: Esta casa-palacio perteneció a un duque, el cual dejó su nombre a la calle. ¿En qué calle se encuentra?


******

2ª pregunta:  ¿En qué otra calle se halla este palacio de barroca portada ?


******

Envía tus respuestas al correo:
******
Puedes ganar este estupendo libro:
"Lavapiés y El Rastro" de Carlos Osorio.
  cedido por Ediciones La Librería


Ediciones La Librería, con más de 1000 libros sobre Madrid, en la calle Mayor nº 80.


domingo, 25 de mayo de 2014

"Lavapiés y el Rastro", mi nuevo libro.



Lavapiés y el Rastro


Un libro que ayuda a entender el alma de Madrid.

Edita: Ediciones La Librería/ Temporae. Colección Barrios de Madrid.
 16x16 cm., 240 páginas. 
Escrito por Carlos Osorio (c).

Precio:14,90 €


ISBN: 978-84-15801-22-1



Lavapiés y El Rastro son parte de los llamados barrios bajos de Madrid. Bajos en sentido geográfico, ya que están situados en un terreno que desciende hacia el río Manzanares, y bajos por el escaso nivel de renta de muchos de sus pobladores en los últimos siglos. Tras un medievo agrícola, Embajadores ve surgir en el siglo XV las primeras industrias madrileñas, los mataderos, a las que se incorporan en el XVIII y XIX las reales fábricas (de coches, de tabacos, de salitre…) y otras industrias que atraen a la población campesina que llega a Madrid buscando una vida mejor. 

La mezcla de los inmigrantes andaluces, manchegos o aragoneses con los vecinos madrileños en unas corralas donde la convivencia era forzosa, crea unos tipos populares que van a caracterizar el casticismo madrileño. Pero Lavapiés, para muchos de sus moradores, ha sido un escalón, un escalón donde comenzar a labrarse un porvenir para luego desplazarse a otros barrios de la ciudad. Eso sí, los que han vivido en estas calles no las olvidan y vuelven a pasear por ellas a la menor oportunidad. A fines del siglo XX se reproducen las oleadas de inmigrantes, esta vez llegados de otros continentes, produciendo la intensa mezcla de culturas que caracteriza al barrio en la actualidad.

No hay en todo el mundo un barrio popular con semejante variedad de etnias y culturas en pleno centro histórico de una ciudad. Y el mayor mérito es que esa mezcla y esa convivencia se han producido sin conflictos.

Conocer Lavapiés y el Rastro es conocer mejor las claves del carácter madrileño, es comenzar a entender los porqués de una ciudad cuya personalidad se ha forjado con una fructífera mezcla de pueblos y culturas.


Indice del libro:


0. Lavapiés y El Rastro: el casticismo y la mezcla de culturas.
1. Lo que conviene saber de Lavapiés y El Rastro
El origen del nombre de Lavapiés
El origen del nombre de El Rastro
La Judería que nunca existió
Cronología: el barrio a través de los siglos
Historia de El Rastro
Los nombres de las calles del barrio
2. Historias y leyendas de Lavapiés
3. Manolos, chulapos y otros tipos populares
La majeza, la manolería y los chulapos
Tipos populares del Rastro
Vecinos célebres
4. Anécdotas y curiosidades de la vida en el barrio
Juegos de niños
Días de corrala
Noches de corrala
5-Las Fiestas Populares
6. El habla castiza y la literatura popular: los sainetes y las zarzuelas
7-Industrias, comercios y tabernas de barrio
Las industrias 
Los sonidos del trabajo
El Comercio tradicional
Las Tabernas de barrio 
Los añorados cafés 
Teatros y cines
8. Un barrio hospitalario
9. Arquitectura del barrio de Embajadores 
Iglesias monumentales
Monumentos civiles
Las corralas
10-La lucha por la vida
El escalón de Lavapiés
Un barrio humilde
El mito de la inseguridad
La lucha de los vecinos
11- La Procesión
12. Bibliografía




sábado, 24 de mayo de 2014

Caminando por Europa



Solo hay un camino: ir hacia la unión de los europeos, ir hacia la unión del mundo.
Solo así se podrán corregir las desigualdades y solo así se podrán evitar el hambre y las guerras.
La unión hace la fuerza, y somos los ciudadanos quienes tenemos que construir Europa; lo contrario es dejar que lleven las riendas los que más dinero tienen, y ya sabemos a lo que nos lleva eso.
Tienes muchas opciones. No te pierdas la oportunidad de votar.

viernes, 23 de mayo de 2014

Al Yaouhara



Al Yahouara es uno de esos restaurantes que difícilmente saldrá nunca en guía gastronómica alguna.
Sin embargo, a mí me tiene interesado porque es como un trocito del magreb en Madrid.
Los clientes son en su mayor parte magrebíes y la cocina es simplemente casera


De primero una sopa de habas, con ese característico sabor a comino


De segundo un cous-cous, un poco falto de sal pero agradable y saludable.


Y de postre una crépe típica (semma) o unos pastelitos árabes, con un té a la menta (conviene advertir que no lo saturen de azúcar)
Una comida agradable, un precio módico, y un pequeño viaje sin salir de mi ciudad.

Al Yaouhara se halla en la calle Mesón de Paredes, 65, metro Lavapiés.


jueves, 22 de mayo de 2014

El carillón de la calle de la Sal



En la calle de la Sal, junto a la Plaza Mayor, se halla la antigua relojería de La Sal, fundada en 1880.
En el verano de 2010 se instaló en su parte superior un bonito carillón con un muñeco autómata que realiza diversos movimientos figurando que arregla un reloj.
La idea fue del relojero, Angel Manuel García,  gran madrileñista, que encargó a su amigo el dibujante Mingote un diseño para realizar el autómata.
El carillón consta de un juego de campanas que pueden realizar hasta mil melodías, aunque suelen tocar el schotis "Madrid" y un fragmento de la zarzuela "La Gran Vía".
Como no podía ser de otra manera, el conjunto sirve además para saber la hora y para ello cuenta con dos relojes de sol, uno mecánico, que es el que sujeta el relojero, y justo detrás de él, un reloj de cuco y otro de arena.


miércoles, 21 de mayo de 2014

El palacio del marqués de Gaviria




Manuel Gaviria y Douza, Marqués de Gaviria y Conde de Buena Esperanza, fue un financiero que hizo fortuna con la bolsa y decidió dejar su casa en la calle Mayor para vivir de un modo más exquisito en la calle Arenal. Para ello, en 1846 encargó al arquitecto Aníbal Álvarez Bouquel la construcción de un palacio urbano de estilo clasicista influencias italianizantes.
El palacio fue inaugurado en 1851 con un baile presidido por la reina Isabel II. Al parecer la reina mantuvo una estrecha amistad con el financiero. 


El elemento arquitectónico moderno lo aporta la viguería de hierro del palacio, especialmente los excelentes patios de luces con columnas y barandales de forja.


Estaba prevista la iluminación natural de estos espacios interiores gracias al techo acristalado.
La creación en 1942 de un complejo de tiendas de decomisos desnaturalizó un tanto este palacio, que pese a su protección declarada en 1977 ha sufrido algunos desaguisados posteriores como esas tuberías rojas que se aprecian en la foto.
Los decomisos, o tiendas que originalmente vendían artículos decomisados en las aduanas, perdieron su popularidad al generalizarse las tiendas chinas, aunque todavía subsisten varios comercios en el palacio.


A la planta noble del palacio se accede a través de una escalinata.
El principal componente decorativo son los estucos, técnica artesanal muy elaborada que permite calidades similares a los mármoles.


Además, varios techos poseen pinturas de Joaquín Espalter, el pintor palaciego de moda en la época isabelina.


Escayolas, grandes espejos y lámparas de bronce completan la decoración.


En 1991 se instaló en la planta noble una discoteca que, en sus primeros años, tuvo sus mejores tiempos, dedicándose a los bailes de salón. Posteriormente fue perdiendo glamour, en la misma medida en que lo fue perdiendo el estilo de la música y del baile.


Tan pronto cerrado como abierto, (al parecer funciona ocasionalmente como discoteca de eventos) este espacio histórico nos acerca al estilo palaciego del siglo XIX con una decoración realmente singular.


El palacio de Gaviria está en la calle Arenal, 9.

Fotos 2, 3 4, 5, 6 y 9: Ramón Rubio Moreno
Foto 1: Wikipedia.



martes, 20 de mayo de 2014

El Trivialillo Madrileño


¡Llega el concurso que descubre a los grandes conocedores de Madrid!
Ya sabes: puedes ganar un libro.
Envía  la respuesta a estas dos preguntas al correo:
osorio1958@gmail.com
*****

1ª Pregunta: ¿Qué céntrico palacio madrileño es este?

Foto Ramón Rubio Moreno

******

2ª pregunta:  La estatua de la izquierda sigue en su sitio, pero el convento de la derecha fue sustituido por un edificio muy importante. ¿De qué importante edificio estamos hablando?



******

Envía tus respuestas al correo:

Puedes ganar este estupendo libro:
"Frases, timos y decires, que se dijeron y se dicen en Madrid" de Mariano Hormigos
  cedido por Ediciones La Librería


Ediciones La Librería, con más de 1000 libros sobre Madrid, en la calle Mayor nº 80.


sábado, 17 de mayo de 2014

El paraíso madrileño


Foto Efe

En los puentes de Mayo Madrid se convierte en un paraíso. El verdor de los árboles (Madrid es la segunda ciudad con más árboles del mundo) brilla sobre un asfalto por el que solo de vez en cuando pasa  un coche.
Una ciudad sin estrés, sin agobios, se vuelve paseable y deliciosa.
No es como en los puentes de Diciembre, cuando toda España se viene a Madrid y no se puede ni caminar por el centro. Madrid en Mayo está de dulce.
Dan ganas de poner barreras en las entradas a Madrid para que los coches que se han ido no puedan entrar, y así mantenerlo en este estado de placidez.

Hogar del pensionista



Jeremías Ortiz de Gamurva nos envía esta foto hecha en la plaza de Cabestreros, en Lavapiés, en la que se ironiza sobre la función del mobiliario urbano.





viernes, 16 de mayo de 2014

El valor del caserío madrileño


Foto Urbancidades

El caso histórico madrileño tiene una valiosa arquitectura popular por muchas razones:

-Son edificios a escala humana, por su altura moderada y su disposición favorecen la comunicación entre los vecinos y de estos con la calle. 
-Tienen elementos arquitectónicos únicos, muy característicos de Madrid: fachadas armoniosas, balcones con rejerías y molduras de gran belleza, tejados y chimeneas de cerámica.
-Forman el paisaje reconocible de la ciudad, es en los barrios del centro histórico donde los madrileños y visitantes paseamos, nos encontramos y nos relacionamos.

Por estas y otras razones parecidas se declaró el casco histórico "bien de interés cultural",
y por eso se hace inexplicable y dolorosa la costumbre de derribar en vez de rehabilitar que se está imponiendo últimamente.

Foto: Asier Albistur. La plaza de Olavide

El reciente derribo de un edificio protegido en la confluencia del paseo Infanta Isabel con la calle Alfonso XII confirma esta tendencia.

Cada casa que se derriba es un bien irrecuperable, porque ya no se crean edificios como estos, ahora se hacen otros edificios que no suelen reunir las características que hemos enunciado anteriormente y que no podemos reconocer como parte de nuestro paisaje.
Por eso tenemos que defender la arquitectura popular madrileña.



jueves, 15 de mayo de 2014

Salvadora



Salvadora pasa por ser la última organillera de Madrid. Apenas ella y otro señor mayor aparecen de tanto en tanto por las calles del centro.
Encontrárselos suele ser la única oportunidad de poder escuchar este instrumento que fue tan típico de Madrid y que ahora brilla por su ausencia, sobre todo desde que hace una década el Ayuntamiento decidió suprimir la música de organillo de los festejos patronales de Madrid.
Parece ser que el organillo no es cool.
Pues no será cool, pero suena fresco, alegre y evocador.



miércoles, 14 de mayo de 2014

El viaje del Templo de Debod


Grabado de Francois Gau, 1819

El Templo de Debod es un templo del antiguo Egipto dedicado al dios Amón.
Se construyó en el siglo IV a. de C. Su núcleo más antiguo fue erigido bajo el rey  Ptolomeo IV Filópator, y fue decorado posteriormente por el rey nubio Adikhalamani hacia 200 a C, Posee importantes añadidos y decoración de época ptolemaica y romano-imperial (del siglo I a C al II d C)

Grabado de David Roberts, 1838

Estaba situado a 20 km. al sur de Asuán, donde se construyó una gran presa. Tras la ampliación de la presa, en 1913, el templo quedó bajo las aguas la mayor parte del año. Solo se podía ver en verano, con la bajada del nivel del agua. 


Originariamente tenía tres torres, pero una había desaparecido en el siglo XIX y la otra estaba derrumbada. También el pórtico se había caído. 


 En 1959 se desmontó para evitar que siguiera deteriorándose y en los años 60 fue donado a España por el presidente egipcio Nasser en agradecimiento a las labores arqueológicas realizadas por nuestro país.
Egipto donó otros tres templos salvados de las aguas a distintas naciones colaboradoras: Estados Unidos (hoy en el Museo Metropolitano de Nueva York), Italia y Holanda.


Un barco carguero lo trajo a España, desembarcando en el puerto valenciano de Benissa.


Ya en Madrid, se procedió a montar el templo en la Montaña del Príncipe Pío, en el solar del antiguo Cuartel de la Montaña, destruido en la guerra civil.
Al principio el templo se quedó extrañado: le habían cambiado el caudaloso Nilo por el pequeño río Manzanares.


En 1970 se alzó el templo sustituyendo las piedras que faltaban o las que se habían roto por piedra caliza de Villamayor (Salamanca)


En torno al templo se creó una lámina de agua, recordando su proximidad al Nilo.


En alguna ocasión, algún gobierno egipcio ha reclamado la devolución del templo; pero no, no se trata de ningún expolio, la donación se hizo en toda regla, con lo que se les ha contestado que "Santa Rita, Rita..."

Los egipcios adoraban al sol, Amon-Ra, y en cierto modo este culto sigue vivo cuando, al caer la tarde, algunos madrileños acuden al templo de Debod para contemplar la puesta del sol.






martes, 13 de mayo de 2014

Trivialillo Madrileño


¡Llega el concurso que descubre a los grandes conocedores de Madrid!
Ya sabes: puedes ganar un libro.
Envía  la respuesta a estas dos preguntas al correo:
osorio1958@gmail.com
*****

1ª Pregunta: ¿Dónde se halla esta bonita escalinata con estatuas y fuente?



******

2ª pregunta:  ¿Qué presidente extranjero regaló a España estas ruinas?


******

Envía tus respuestas al correo:

Puedes ganar este estupendo libro:
"Malasaña" de Carlos Osorio
  cedido por Ediciones La Librería


Ediciones La Librería, con más de 1000 libros sobre Madrid, en la calle Mayor nº 80.

lunes, 12 de mayo de 2014

Madrid Comestible



Ya ha salido el primer número de la revista "Madrid Comestible", una revista que me ha encantado y que puedes leer o descargar gratuitamente pinchando aquí.


Es una revista que te atrapa desde la primera página, con un diseño exquisito y con unos artículos fantásticos en los que se promociona la gastronomía local, el campo madrileño (sí, porque en Madrid también hay campo), el conocimiento de los productores locales, la cocina mediterránea, española y madrileña. 


Madrid Comestible es la obra de una emprendedora excepcional: Cristina Rodríguez-Roca.
¡Felicidades y suerte con este proyecto tan necesario!