viernes, 16 de marzo de 2012

Portales de la calle del Barquillo


Qué agradables resultan estos portales decimonónicos. Testimonio de un tiempo en que las gentes que se lo podían permitir se recreaban creando espacios bellos y armoniosos.


Fotos: Carlos Osorio

4 comentarios:

Campurriana dijo...

Me encantan los portales. Me llaman la atención. Éstos, sin duda, son increíbles pero también me fijo en los que no tienen tantos años pero son extraños de alguna manera....

Matilde dijo...

En la calle Barquillo, con una de esas entradas decimonónicas vivió mi hermano Alejandro. No llegó a cumplir los 28. En el oceáno Pacífico, parádojas de la vida, se tiró a por la compañera del hermano de la suya. Ella, hija única, muríó en nada, de un ataque al corazón. El, tres hermanas y un hermano, dos horas de lucha a brazo partido para terminar ahogándose, agotado.El resto de los que iban en la embarcación, por lo visto, fueron a pedir ayuda.

Carlos Osorio. dijo...

Los portales son puertos donde salimos cada día a navegar por la vida y regresamos con lo que hayamos pescado. Bueno, es una metáfora que se me acaba de ocurrir. Hay algo de cada persona que vive en una casa en los portales.
Hola, Matilde, gracias por compartir esa historia tan dramática, que nos resulta cercana a los que hemos vivido tragedias familiares. Un abrazo.

Matilde dijo...

Gracias.

Lamento no ser la única con dramas que te marcan de por vida.

La metáfora del portal muy rechuli.