viernes, 29 de enero de 2010

Un paseo por la Tabacalera

Hoy, David, del movimiento vecinal de Lavapiés, nos ha ofrecido una visita a la Tabacalera, en Embajadores.
La Real Fábrica de Tabacos de Madrid se construyó por orden de Carlos III. El arquitecto Manuel de la Ballina realizó un buen ejemplo de la arquitectura industrial del siglo XVIII.
Las cigarreras fueron toda una institución en el madrid decimonónico. En el año 2000 se cerró la fábrica definitivamente. Se pidió que fuese utilizada para las dotaciones sociales que necesita el centro de la ciudad. Finalmente se ha proyectado un centro de artes visuales, aunque aún no tiene presupuesto.
Más información aquí


Fotos: C. Osorio.

























8 comentarios:

Mercedes dijo...

Hola. Yo también estuve en la visita, fue muy interesante.
Bonitas fotos!

Manu Romo dijo...

Como le comenté a Mercedes en su blog, precioso interior.
¿Hay alguna cita prevista para volverlo a visitar?

Un saludo.

Carlos Osorio. dijo...

De moment no sé de ninguna otra cita, Romo.

Unknown dijo...

Me gustaria saber que hay que hacer para visitar la tabacalera.O si la proxima visita me podria apuntar

EMNM dijo...

Veo que hemos estado todos y no nos hemos visto, bueno, a Mercedes sí la vi.
La próxima vez nos avisamos y luego nos vamos de cañas

Carlos Osorio. dijo...

Buena idea, Matritensis!

karlinski dijo...

Una humilde proposición:
Que se convierta el edificio en un Museo del Holocausto del Tabaco, en homenaje a todas las víctimas de ese sucio negocio de producción y comercio de una droga inútil, mortífera y terriblemente adictiva.

(Soy fumador, y moriré con un cigarro en la boca. Cederé la foto de mi cadáver y las de la autopsia a ese museo, si se creare.)

Unknown dijo...

Soy Emilio Díaz Hernando y estuve trabajando en Estudios Gómez desde 1951 hasta 1955.Entré de botones y me acuerdo muchísimas veces de D. Vicente Gómez, que era una persona maravillosa, él me queria mucho, pero yo le tenía como un padre. No me acuerdo mucho de los compañeros, pero si me acuerdo de Ángel Villa y Sigfrido.
Fijaros lo bueno era que me pagaba un duro al día y me daba siete duros a la semana, aunque el domingo no trabajaba, y me decía: "Este duro no se lo des a tu madre, es para tí , para que te lo gastes el domingo". Tenía unos detalles buenísimos con todos y era de lo mas abierto y gracioso, así como culto y un artistazo. Tuve mucha suerte de conocerle y desde aquí quiero rendirle un homenaje a él a su mujer y a su familia que también conocí, porque estuve varias veces en su casa.