sábado, 4 de octubre de 2008

La Hermandad de El Refugio












El siglo XVII pervive en Madrid: La Hermandad del Refugio
Entre las cosas más sorprendentes que existen en Madrid, está la antiquísima institución de El Refugio, que se remonta al siglo XVII y aún pervive en la Iglesia de San Antonio de los Alemanes.



Fundada en 1615, La Santa y Pontificia Hermandad del Refugio y Piedad de Madrid tuvo su sede junto a la Calle Toledo y se estableció en la Corredera de San pablo a comienzos del XVIII. Su misión era y sigue siendo atender a los vagabundos e indigentes y necesitados de toda condición.



En el pasado recogían a los heridos y a los moribundos de las calles. También se hacían cargo de los dementes, a los que llevaban en parihuelas en un cajón inmovilizante desde Madrid hasta Zaragoza. Otros servicios eran: el servicio de visitas, los aires y baños, la ayuda de lactancia, los socorros secretos, la ronda con sillas-ambulancia, la extinción de incendios, la inclusa y la oftalmología.



Su tarea más conocida fue la "Ronda del pan y del huevo" Los hermanos de la cofradía recorrían las calles entregando a los necesitados agua, pan y huevos duros. Los huevos debían tener un tamaño mínimo y para ello usaban una tablilla con un agujero. Si el huevo cabía por el agujero, lo desestimaban. Al hacer la prueba del huevo, recitaban la siguiente frase:



"Si pasa, no pasa, y si no pasa, pasa"



En El Refugio conservan toda una serie de enseres que deberían formar parte de un museo si en esta ciudad hubiese más sensibilidad hacia la historia y la cultura. Mantienen las sillas de mano decoradas, El cajón de los locos, las tablillas medidoras de huevos, los bolsillos de pedir limosna, la cuna donde recogían niños abandonados, y un magnífico salón de actos donde aún celebran sus sesiones los hermanos, todos de edad muy avanzada y relacionados con la nobleza. El edificio se conserva casi igual que en el XVIII, aunque la fachada se reconstruyó en el XIX. No se puede visitar.






Fotos: (c) C. Osorio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Va a hacer falta para esos grandes ladrones a los que que ahora se les está hundiendo el navío.
Por fortuna, suelen suicidarse. Y si no, como llevan los bolsillos llenos de oro, se hunden.

A los inocentes en peligro de ser arrastrados por el remolino: Hay que alejarse del barco lo más rápido posible.

Ángel de Olavide dijo...

Ni la mas remota idea de la existencia de esta cofradía. Buen trabajo casi de "arqueología urbana".
Un saludo